El poeta y músico cumpliría 70 años y una constelación de artistas lo recordó en La Usina del Arte
El lunes, el recordado Miguel Abuelo cumpliría 70 años. Para celebrarlo y rendir un más que merecido homenaje, se realizó un recital lleno de figuras que lo admiran, además de músicos que tocaron con él diversas etapas de su legendario grupo Los Abuelos de la Nada.
El domingo a la noche, en el auditorio principal de La Usina del Arte, estuvieron Ale Sergi, Palo Pandolfo, Hilda Lizarazu, Gabo Ferro, Liliana Vitale y Norma Peralta, la hermana del gran Miguel. Además hubo una delegación de lujo de “ex-Abuelos”, como Cachorro López, Daniel Melingo, Kubero Díaz, Juan del Barrio y Alfredo Desiata. Y como banda estable estuvo Los Heladeros del Tiempo.
El inicio, para subrayar también la faceta poética de Miguel Abuelo, contó con un texto leído por Pipo Lernoud, legendario poeta y letrista de los primeros Abuelos, a fines de los años ’60. También subió al escenario Miguel Grinberg, que recitó una letra (“Yo soy tu bandera”) y unos versos propios, dedicados al protagonista del encuentro.
La primera canción fue Oye niño, del histórico simple del sello Mandioca, en la voz de Norma Peralta, que también hizo Buen día, día junto a Liliana Vitale, en muy buenas versiones.
Enseguida subió el grupo Los Heladeros del Tiempo, que se tomó el enorme trabajo de aprender todos los temas para hacer las veces de “backing band” y de paso lucirse con los detalles apreciados por los fans, como pequeños sampleos de la voz de Miguel Abuelo. Al frente, Frankie Langdon sobresalió con su voz y sus movimientos “miguelísticos”, además de desbordar cariño por las canciones al presentarlas. Así llegó “Buen día, día” (en versión grupal), Diana divaga (con violenchelo y todo), Ir a más, Sintonía americana y Meditasol, estas últimas dos con Zeta Yeyati en saxo.
Pero lo más sorprendente aùn estaba por llegar: Gabo Ferro dejó el alma en una desgarradora versión de Estoy aquí sentado, parado y acostado, Gustavo Bazterrica tocó guitarra y cantó con su característico falsete en No se desesperen, y Palo Pandolfo acompañó en pandereta y coros en No te enamores nunca de aquel marinero bengalí. En ambos temas se sumó Alfredo Desiata en saxo.
Acto seguido, siempre entre aplausos y ovaciones al anunciar a los invitados especiales, apareció Daniel Melingo para hacer Chalaman (con Cachorro López en bajo, nada menos, e Hilda Lizarazu en coros finales) y Ale Sergi se lució con Lunes en la madrugada, donde se incorporaron Kubero Díaz y Juan del Barrio, de la formación ’86 del grupo.
Pasaron por Tristeza en la ciudad, en rigor un tema de Gringui Herrera, y avanzaron hacia el emotivo cierre con “Cosas mías” e Himno de mi corazón, con todas las voces todas. La gente quería más y más, pero ahí terminó todo, dejando bien fresco en el recuerdo el enorme valor de la obra de Miguel Abuelo, que a casi 30 años de su partida y a 70 de su nacimiento sigue estando bien cerca del corazón de todos.