ATTAQUE EN SAN MIGUEL: PASAN LOS AÑOS, LA MISMA ENERGÍA.
El grupo liderado por Mariano Martinez la rompió en XLR a puro hit. Repasaron clásicos y siguieron tocando temas de “Estallar”, su más reciente LP. BAG estuvo ahí y te lo cuenta, mosh y pogo mediante…
En una noche fría que azotaba al noroeste de la provincia de Buenos aires, los seguidores y fanáticos de la banda decidieron llegar más tarde de lo anunciado a la sala de conciertos XLR club. Pero cerca de las 22 horas empezaron a aclimatar el lugar por dentro en la primer performance nocturna de los jóvenes de El buen salvaje, ya con un tercio del salón habitado. Un quinteto con una batería tajante por sus cortes y cambios de ritmo, guitarras distorsionadas y una voz melódica con variaciones tan altas casi como de heavy metal, supieron como abrir el paso a los chicos de Parteplaneta, una cuarteto punk-rockero que no te deja ni suspirar en sus temas. Estos últimos agradecieron a sus amigos de El buen salvaje y al público de Attaque 77.
Público que aprovechó para tomar una cerveza en la espera de Mariano Martínez, Luciano Scaglione y Leonardo De Cecco, los tres gladiadores que vinieron a ver como dejan todo en el escenario. Transcurrían los minutos, cantos con euforia y ansiedad pedían a los partícipes del concierto. Entre esas voces del público se pudieron apreciar cánticos tales como: “Ole ole ole, ole ole ole olá, ole ole ole, cada día te quiero más, oh, soy de Attaque, es un sentimiento, no puedo parar”, “Pan y vino, pan y vino, pan y vino, pan y vino, el que no grita Attaque para qué carajo vino”, “Podrán pasar mil años, verás muchos caer, pero si nos juntamos, no nos van a detener”, “Borombombon, borombombon, el que no salta es un Stone”, “Olele olala, vinimo’ a ver a Attaque , ¿Attaque dónde está?”. Cuando por un costado, y en una maniobra de puertas, apareció la gran banda de punk-rock argentino. Pero no eran solo un trío, porque conformaban un quinteto con Julián Méndez en Teclado y Alejandro Flores en guitarra.
El show comenzó cuando Leo De Cecco empezó a marcar el pulso en “No te quiero más”, luego “Vacaciones permanentes” nos invitaba a salir de en medio de toda la gente desagradable en la ciudad, el cántico “Soy de Attaque”, “El cielo puede esperar”, “Cambios”, “Ojos de perro”, “Canción inútil”, “Todo está al revés”.
En ese momento una chica del público llamada Sandra se encontraba muy inquieta y Mariano les pidió a las personas que hablen con ella. Además hizo referencia a los videos que subieron el año pasado con Martínez insultando y aclaró lo siguiente: “Dicen que yo como músico debo educar a las personas que nos vienen a ver y yo creo que no soy quien para andar educándolos, solo les puedo decir que cuiden a los de adelante, a esos que están pegados a la valla. Nose que es el “mosh”, ¿Qué carajo es el mosh?. No hagan nada para lastimar a nadie. Pero, ojo, que si el mosh no lastima a nadie, entonces está bien. Solo pido que no se lastimen.”
Siguieron la lista con “América”, “Tres pájaros negros”, “Western”, “Chicos y perros”, “San Fermín”, “El pobre”, el cover del primer disco de The Ramones: “Blitzkrieg bop”; “Ángel”, “Vuelve a casa”. En este momento Mariano Martínez dio a elegir temas al público presente y siguieron con “Luz”, “Jodie”, “Sueño”; incluso invitaron a alguien bien fanático que se sepa cantar un tema entero y así, con Gustavo en la voz, tocaron “¿Cuál es el precio?”. Luego “Setentistas”. En un pequeño bache del recital Mariano nombró a una organización que se llama “La revolución de la cuchara”, la cual está en contra del maltrato animal y aclaró que él es vegetariano de hace muchos años y vive lo más bien con esa elección. Siguieron las tres canciones finales: “Brigada Anti Disturbios”,el clásico tema “Espadas y serpientes” y del último disco el tema “Estallar”.
El show fue una fiesta, que hubo mosh lo hubo pero fue con conciencia, las chicas fueron las que accionaron esta actividad, o en los hombros de algún hombre hacían caballito y también varias muletas se vieron en brazos alentadores de algunos chicos. En un momento hubo desmanes entre el público pero no llego siquiera a haber una pelea. La paz cedió y la gente pudo salir de XLR club sin problema para su vuelta a casa o seguir la noche en los bares de San Miguel.
Fuente : bienvenidosalghetto.com