Ciro en el Metropolitano

Lo nuevo, lo viejo y lo ancestral se hicieron presentes durante más de tres horas de un intenso recital el sábado en el Metropolitano. Es que Ciro y los Persas ya tienen acostumbrado a todo su séquito a los encuentros prolongados donde las canciones de Los Piojos se escuchan antes, durante y después del recital en boca de los fanáticos, pero también en los artistas sobre el escenario.

Eran las 21, el frío apretaba fuerte y ya empezaba a chispear el cielo cuando todavía seguía entrando gente al centro de convenciones del Metropolitano. Mientras tanto, los resagados acumulados en el parque cantaban “fasolita querido” sin dejar de agitar sus banderas con piojos noventistas de colores estencileados sobre las telas. La imagen hacía viajar en el tiempo a cualquier espectadora o espectador mayor de 20 años y seguro llenaba de nostalgia a más de uno.

Ya adentro el panorama se llenó de eclecticismo con un público que variaba desde los 13 años hasta los 40. La foto hablaba sola: madre/padre que escuchó a los piojos en su juventud, hoy lleva a su descendencia a ver Ciro y los Persas, pero ambas generaciones se saben el total del repertorio casi como si fuera una regla implícita en la entrada.

La energía que se venía condensando desde la caída del sol estalló en un aullido cuando apenas pasadas las 22 los músicos subieron al escenario para tocar "Banda de garage". Ya para ese entonces, más de 7.000 personas saltaban formando una marea humana, cantaban y gritaban al escuchar el solo de armónica de Ciro. Grito que se agudizó cuando el frontman se calzó los Ray Ban para interpretar "Barón Rojo" con un aeroplano volando desde la pantalla. Y como si detrás de escena hubiesen escuchado los cánticos de la previa, el grupo respondió al pedido con "Pistolas" de Los Piojos.

Para bajar los decibeles en lo que duró un sólo instante, el cantante se sentó en una banqueta y guitarra acústica en mano, entonó Tal vez, dejando clara su particular habilidad de retratar la urbanidad contemporánea argentina, sus olores y colores en cada esquina de cada estrofa. Pero el romanticismo duró un sólo tema y Ciro volvió a la eléctrica para tocar "Antes y depués" con la imagen de un malón acompañando desde la pantalla al fondo del escenario.

La noche transitó entre los hits ineludibles de Ciro y los Persas y algunos vestigios de Los Piojos como "Shup shup", "Tan solo", "Fantasma", "Como Alí", "Zapatos de gamuza azul", "Mendigo de Dock Sud", "Taxi boy" y "El Farolito".

Fue en la mitad del recital que Ciro tomó el micrófono para saludar a los presentes, prometer su regreso antes de que se cumpla un año y traer consigo un nuevo y esperado disco. No dejó pasar esa oportunidad para tirar algún que otro palo a los músicos que viven del recuerdo: “No queremos hacer como hacen algunos que festejan los 40 años de tal disco... o los 30 de tal otro”, deslizó el cantante.

Haciendo gala de esa renovación y constancia que logró tener en la escena rockera, Ciro llenó el Metropolitano, bailó de punta a punta el escenario haciendo vibrar a viejos y nuevos por igual. Días antes del show, la banda recibió la nominación a los premios Gardel como mejor álbum artista de rock por “Qué placer verte otra vez” y canción del año por “Antes y después”. Ahora será cuestión de esperar que cumpla su promesa de pronto retorno y poner atención a su nuevo lanzamiento.
Fuente : rosariorock.com