Las instalaciones del “Marquee” recibieron a dos grandes bandas que la vienen remando desde abajo en la velada del viernes. Con mucha energía y felicidad, “Sujetos Rock” abrió la fecha para luego darle lugar a “Revancha” y que ellos se encarguen de coronar un cierre digno de una celebración de tal magnitud.
El otoño llegó, hace rato. Y vino para quedarse, para hacerse dueño de las noches más frías del año que obligan a sacar todo abrigo archivado en el placard. Para contrarrestar al cielo gris, aquel bar ubicado en Scalabrini Ortiz 666 acogía y rebalsaba de gente en busca de un lugar cálido. Pero el calor era simplemente un beneficio extra, todo el público estaba ahí por amor a la buena música y por amor al under. En la previa, una absurda prohibición de boliches y fiestas nocturnas, por pura ineptitud propia del gobierno de la ciudad que prefiere cancelar antes de sumar más controles o concretizar a la gente, sembraba incertidumbre en algunos; pero rápidamente, con ayuda de las redes sociales, se dejó en claro que esa noche la música no se callaba ni cedía a la medida.
Con un poco de retraso, el cuarteto marplatense subió al escenario y comenzó su show. El rock bajaba desde el entablado a la poca gente que había en ese momento, y la contagiaba de buena onda. De a poco los huecos fueron cada vez menos, los aplausos cada vez más y la fiesta fue aumentando de menor a mayor. Sujetos brindó más de diez canciones que denotaron toda la impronta y personalidad de ellos. Luego de varios agradecimientos, “Smells Like Teen Spirit” sonó para cerrar lo que fue un primer acto totalmente enérgico, y para que los aplausos invadan a la banda que se retiraba con la promesa de un nuevo cd que se llamará “Crudo”.
Al instante el telón cubrió el escenario, y el mismo relucía el dibujo de un ojo que estaba a la espera de se presa. Esa pupila de lobo no es menos que la tapa del segundo cd del conjunto de mataderos, titulado “Al Acecho” publicado en el 2014. Al costado había un trapo que cubría gran parte de la pared con las letras “RVNCH”, así mismo esas letras de cartón colgadas como escenografía; caracterizando y dando a entender que es lo que se aproximaba.
El vallado que estaba delante escenografía denotaba la gran concurrencia. Con algunos otros trapos cubriendo parte del campo, y con gente de todas partes del conurbano.
El momento del recital llegó. “A corazón Pateado”, tema de su primer cd “Incontrolable”, dio el puntapié inicial de la velada. Luego “Lo que quieras creer” y “Accionistas de Ocasión” completaron la primera seguidilla de la noche.
El Hard Rock de la segunda producción de estudio continuó con “Y ni un sueño”, “ A Quien sabe de Sangre”, “ En Brazos de la Libertad”.
Para romper la sucesión de canciones de “Al Acecho”, empezó a sonar “ Mi lado oscuro” y le puso paños fríos al recital, aunque pocos decibeles bajo; ya que todos sabían que en algún momento explotaba el tema. Y para continuar con la euforia llegó el primer cover de la velada, un clásico del punk nacional casi que convertido en himno: “ Uno, dos, Ultraviolento” de Los Violadores; enganchado con “La Máxima Creación” para seguir subiendo los ánimos.
Ahora era momento de que “Incontrolable” tomara el protagonismo de la escena hasta el fin del recital. “ El placer de la derrota”, “ Junto a mi Aliento” y “ Contraflor al resto” daban indicios de que la cita se estaba acabando y empezaron a llegar los agradecimientos a la gente del staff, al lugar que le abrió las puertas y obviamente a ese público fiel que viajó para ver a “Revancha”.
Con el segundo cover, Ellos dicen de La Polla Records, y El Camino Verdadero la banda de mataderos se retiró de un explotado Marquee.
Las luces se prendieron y dejaron a relucir todos los vasos de plástico rotos y vacíos en el piso. Salíendo lentamente del lugar custodiado una estatua del Carpo, y luego de todas las fotos finales, cada uno empezaba a recordar lo que se vivió: los grandes solos con la guitara de Damián, los gritos de Lalo, el rítmo de la batería de Kasique y toda la magia del bajo de Ulmi.
Fuente : bienvenidosalghetto.com
