El Mató a un Policía Motorizado: Hay que generar una nueva conciencia

La banda El Mató A Un Policía Motorizado presenta Violencia, un EP cuyo concepto se relaciona directamente con los últimos sucesos que alteraron al indie nacional. Santiago Motorizado, cantante y bajista, analiza al detalle sus intenciones y el contexto.
Si se quisiera mensurar cómo crece en popularidad y en impacto mediático El Mató A Un Policía Motorizado, sólo hay que relevar lo que pasó conViolencia, su más reciente EP. Con sólo cuatro temas distribuidos en poco más de 13 minutos, esta banda platense, sinónimo de autogestión y gloria artística en formato de canción lo fi, agregó más fechas en teatros y centimetraje en medios gráficos que cualquier otro proyecto con banca industrial. “Como nunca tuvimos difusión fluida en los grandes medios, lo nuestro siempre fluyó de boca en boca, se hizo fuerte en esa instancia. Con las redes sociales, eso se ha ampliado, algo que nos llena de energía para seguir haciendo esto que amamos”, diagnostica el cantante, bajista y dibujante Santiago Motorizado en contacto con VOS.

“La canción es la unidad de información de todo este fenómeno _agrega_. Llaman la atención más allá de los formatos, de discos largos o cortos. En nuestro caso, es la canción lo que genera el golpe directo para el que escucha”.

A propósito, Violencia, la pieza que da nombre lo nuevo de El Mató, parece encerrar el anhelo de neutralizar a todo aquel que la porta. La interpretación surge de los que se le oye a la voz de Santiago: “En tus ojos, la violencia/ vos mirame/ En tus manos, la violencia/ abrazame...” ¿Irá por ahí? “Puede ser esto que planteás, pero trato de no explicar las letras porque me gusta que existan las interpretaciones variadas. Que cada uno tengo su propia interpretación, esa es la intención”, contesta.

Luego apunta: “Las letras pueden ocultar una idea que es bastante concreta. O no. A veces, rodeo a un personaje con el contexto de algo que quiero describir y dejo espacios abiertos. Las canciones que me gustaban, las interpretaba para un lado y me atraía el sentido que yo les daba. Es así, uno va arrinconando la interpretación en un lugar que le genera más satisfacción o que le remite a un sentimiento intenso. Y las veces que el artista admirado explicaba el sentido de una canción y no era como yo lo había imaginado, me sentí muy decepcionado. Por eso no explico las letras para no entorpecer lo que a cada uno le genera, que es la parte más divertida de todo esto”.

–Indio Solari expresaba que "Violencia es mentir". ¿Estás de acuerdo con ese mensaje - consigna? ¿Le agregarías algo?

–Muchas mentiras cargan un grado de violencia, seguramente. A lo que apunto conceptualmente, es que así como se ataca y se reacciona ante la violencia en su expresión más básica, se deja de lado la otra, que tiene que ver con lo psicológico, con la explotación, con los abusos. Con un montón de cosas que pasan en este mundo, que es hermoso y horrible al mismo tiempo. A los que les conviene, les gusta que este tipo de violencia quede en un lugar difuso. Lo aprendimos hace mucho, claro, pero no está de más recordar que la violencia late en mucho más lugares.

Tema delicado

Santiago habla de abuso y violencia psicológica días después de que explotara una bomba en el corazón del indie con el caso de La Ola Que Quería Ser Chau. Así, resulta inevitable una consulta al respecto. “Nos rompe el corazón de que pasen estas cosas _revela_. Nos toca de cerca, además, porque conocemos desde hace un montón de años a una de las chicas denunciantes. Es Rocío, la cantante de una de las primeras bandas de nuestro sello Laptra. Hacía mucho que no la veía y me rompió el corazón que haya pasado por ese momento horrible. Tengo que llamarla a ella, a la otra chica y a los chicos que organizaron la movida para ponernos a su disposición. Estamos para ayudar”.

Santiago Motorizado destaca la valentía de las chicas que denuncian haber sido abusadas por el cantante de La Ola Que Quería Ser Chau: “A veces, uno teme revelar por qué está triste, así que imagínate lo intenso y horrible que debe ser poner la cara en una situación así. Se requiere de una actitud muy valiente y nuestro compromiso debe ser inspirarnos de esa valentía, para actuar de otra manera, para estar más atento a nuestro entorno, para ver las señales que van apareciendo de a poco. Para evitar que las cosas lleguen a un límite. Podemos llevar todo a un lugar mejor”.

“Lo que padecieron no se lo van a olvidar nunca, pero su testimonio puede servir para transformar la realidad. Me gusta ser optimista y que de esta cosa horrenda puedan salir cosas buenas. Generar una nueva consciencia que vaya en contra de tanto machismo y tanta estupidez. Y que combata esta devoción por no mirar más allá de lo que le pasa uno”, se esperanza Motorizado, quien se permite observar un doble filo en las redes sociales. “Me da miedo que las redes sociales, que si bien son una alternativa de comunicación a los medios, sigan fomentando el individualismo. Por nunca sabés si estás chusmeando o realmente te afecta lo que le pasa al otro. Lo dejo como una duda, no doy un definición de lo que pasa”, apunta el autor del himno Mujeres bellas y fuertes.

–¿Cómo creés que funcionaron en este caso?

–Sirvió para generar comunión. Pero pienso en muchas mujeres que no tienen la suerte de pertenecer a una comunidad que le responda, que las pueda contener. Mujeres acosadas por sus maridos que no tienen familiares, que viven una situación asfixiante, por ejemplo. Ojalá este caso no quede en el fetiche de que el abusador era alguien medianamente conocido. Y que las mujeres se sientan contenidas y tengan valentía, que venzan el miedo y la vergüenza de contar una intimidad dura. ¿Cómo afecta a todo esto a los músicos? Que le afecte al que le tenga que afectar. El que abusa, el castigo máximo. Pero también hay una cosa del rock, del reviente, de la fiesta, que siempre me chupó un huevo… Quiero decir, no hay que confundir: una cosa es todo eso y otra, la violencia. Siempre se escucharon historias que uno no las puede tomar por ciertas porque siempre suenan a rumores lejanos. Aquí, en cambio, las chicas fueron a un forense, se constató todo.

–¿Es “Violencia” lo más alta fidelidad que han grabado? En caso de respuesta afirmativa, ¿ese nivel de claridad y subida de estándar sonoro responde a un estímulo puntual?

–Cuando no pusimos ver por dónde iba ir el sonido, decidimos una idea más prolija en relación a La dinastía Scorpio, donde buscamos plasmar en disco cómo sonaba la banda en vivo. Dentro de esa idea estaba la vibra, por eso grabamos todos juntos. Ahora con Violencia fue de otra manera, más de laboratorio, de preparar las canciones por partes, detenidamente. Que quizás todo suene más frío, pero prolijo y con máxima pureza. Se generó un clima que se despega de La dinastía Scorpio porque encuentra más aire entre los instrumentos y una armonía encarada desde otro lado. Es más hi fi, a pesar de que fue grabado en el mismo estudio y con las mismas herramientas.

–Un texto promocional que te presenta como artista destaca que sos autodidacta en la música pero con educación formal en el arte plástico. ¿Se ajusta a la realidad?

–La inspiración más grande con respecto al dibujo fue mi hermano mayor. Y con respecto a la música, al punto de hacer canciones, puede que haya sido Diegui, un vecino que era amigo de Willy (el baterista Doctora Muerte). Lo conocí cuando era muy chico. También nos inspiró Gato de los Faunos con sus ideas sobre el arte, la música, pero todo a nivel, muy conceptual… Uno va recolectando de todo: bandas, charlas, intercambio de consumos culturales. Así me formé como artista. Y de la escuela, que tenía una orientación artística puntual en la plástica y dibujo, los recuerdos que más me sacuden tienen que ver más con mis compañeros que con mis profesores. El mérito se lo tienen que llevar mis compañeros, ellos son mis verdaderos artífices.

–A propósito de tus ilustraciones para libros Fabián Casas y Ricky Espinosa, ¿cómo trabajás la correspondencia visual para un texto determinado? ¿Buscás literalidad?

–Cuando hago las portadas, un espacio al que la música no llega, suelo llevar todo a una superficie muy contraria al concepto nodal del álbum. Me gusta la portada de La dinastía Scorpio, por ejemplo, porque se aleja bastante de las letras y del título. No es una relación literal. Me encantan esas cosas que atraviesan una misma obra sin relación aparente pero que conviven de la mejor manera en el todo. En el libro de Ricky, generé un clima que tiene que ver con lo que él significaba para mí. Y para Fabián en Titanes del Coco, busqué recrear cierta intensidad que hay en la cabeza de todos. Entonces dibujé un camión dentro de un mate… En fin, todo depende de la situación, de lo que me dispara. También hago valer el elemental si queda linda o no. Esa cuestión estética siempre se tiene en cuenta.

Fuente : vos.lavoz.com