Eruca Sativa en Villa María. Foto: Jacqueline Orion
A un costado de la Ruta 9, el predio de la Sociedad Rural, al aire libre y rodeado de árboles, fue la sede para el debut de este festival, donde uno de los objetivos fue ofrecerle a los artistas locales un lugar más amplio para tocar frente a más cantidad de personas y con mayor y mejor sonido.
Puestos de comida y ropa, artesanos, peluquería, una tarima que funcionó como escenario secundario para los acústicos de Sergio Cuello y Beto Cardenes; y por supuesto el principal, donde Magalí Supertino abrió dos horas más tarde de lo anunciado –el inicio estaba pautado para las 18, pero comenzó pasadas las 20- la extensa jornada de casi diez horas que cerró con el power trío cordobés Eruca Sativa.
Lo interesante de este festival de Villa María es demostrar que la tranquila ciudad cuenta con jóvenes artistas locales, en su mayoría independientes, con ganas de ser oídos traspasando los límites de la provincia de Córdoba.
La noche contó con pop electrónico y bailable de la mano de Safari, Rayos Láser y De La Rivera; algo de funk con Mentales Cebras y Lattenzia –estos últimos versionaron a George Harrison con “All things must pass”-; y mucho rock potente y rabioso con Superjuguetes –hicieron un cover de “Avenida Rivadavia” de Manal-, Nonabonda, Crudo, una gran performance de Sopló el Fantasma y el final con Eruca Sativa, quienes con “Fuera o más allá” y “Paraíso en retro” iniciaron el ansiado último tramo de la ya madrugada de viernes.
Algunas cuestiones que deberá corregir el Sin Techo Rock serán la impuntualidad de los horarios anunciados –el número de cierre debía empezar a la 1:30 de la trasnoche cuando recién comenzó pasadas las 4-, las monótonas demoras de armado entre cada banda, y una oferta gastronómica que no incluyó comida vegetariana.
Dejando de lado estos últimos ejes, el festival villamariense tuvo un gran debut en lo teórico y que seguramente irá mejorando en la práctica con el correr de las ediciones.