Quince años de Carajo. El tango “Volver” supo decir que 20 años no son nada y cuánta razón tenía Gardel acerca de aquello, salvo por un pequeño detalle: si esos años refieren al periodo de un camino recorrido, pueden significarlo todo, y ese es el caso del trío liderado por Marcelo Corvata Corvalán.
Su sonido contundente, poder sobre el escenario y ambición artística dijeron presente desde el inicio y, tal vez sea por eso que su presentación en El Teatro de Flores resultó como un viaje a través del tiempo en el que los recuerdos del público fueron los pasajeros privilegiados a bordo de la aventura. La noche dio inicio con “Puravida” y sacudió, no sólo las paredes del auditorio sino también el espíritu de los presentes que fueron a acompañar a sus héroes musicales. “El error”, “Libres” e “Histeria” fueron algunas de las canciones que ganaron un lugar en el setlist y con las que el trío propuso intensidad desde el minuto cero.
“Estamos cumpliendo quince años. Todo este esfuerzo lo queremos compartir con nuestras familias y con ustedes”. Estas palabras fueron repetidas por Corvalán en más de una oportunidad y siempre causaron el mismo efecto ante la multitud: un estallido de apluasos ensordecedor. El público jugó un papel muy importante a lo largo de toda la velada y fue el de cantar, casi hasta quedarse sin voz, cada una de los tracks que salían disparados desde el escenario.
Hernan Tery Langer y Andrés Vilanova, miembros fundadores de la banda, también merecen un párrafo para poder ser destacados como artífices fundamentales en este proyecto que supo consolidarse como una de las piezas fundamentales de la escena nacional. La ejecución precisa de cada una de las notas por parte de Langer y los golpes contundentes y explosivos a cargo de Vilanova fueron una constante, y no sólo en la noche de Flores, sino a lo largo de toda su carrera.
El cierre llegó de la mano de “Triste”, “Luna” y “Sacate la mierda”, ese hit que supieron conseguir en tiempos en los que la sociedad entera pedía a gritos las cabezas de sus gobernantes y las denuncias de corrupción inundaban las tapas de los diarios. Curiosamente, cuando la canción fue interpretada el regreso en el túnel del tiempo fue más crudo y consistente. Puede decirse que ese momento fue el único en el que sólo se pudo festejar poder musical de los muchachos.
Dicen que todo en la vida es un ciclo; que algunos duran más, otros un poco menos, pero que siempre dan vueltas hasta que un día concluyen. Sin emabrgo, esta banda pareciera estar lejos de eso, su presente es sólido y su futuro promete ser aún más alentador. Quince años de Carajo, que ¿no son nada? No. Son Todo.
Fuente : elbondi.com